-Vale, bien, esto va a ser un tiempo muy largo.
-Quizá sea mas corto si vas al grano- dije ya algo enfadada.
-Bien, Bien, de acuerdo, tu eres como yo.
-¿Y como eres tú?- dije con una risita.
-Diferente. Tengo un don, veo espíritus.
-Vale, bien...- y ahora ¿que se supone que tengo que hacer yo?, ¿salir huyendo de este coche?, no, fijo que acabaría perdida y llena de barro, pero esta claro que no me podía quedar con este loco por mas tiempo. Sopese los pros y los contras de salir y los de quedarme, y, como no, con mi sentido de la orientación decidí permanecer en el coche, pero mire a mi alrededor buscando un arma con la que defenderme si se le iba más la pinza.
-Con que fantasmas, ¿eh?
-No te lo crees ¿verdad?.
-No, no, no, claro que te creo.
-No estoy loco- dijo con voz clara y firme-. Yo los veo y tu empezaras a verlos dentro de poco. Créeme, por favor, no me hagas las cosas mas difíciles.
-¿Por que serian difíciles para ti?
-Por que yo... soy soy tu guiador.
-Mi... guiador, de acuerdo. ¿Por que no me llevas a casa... o mejor, al instituto?
-Por que necesito que me creas.
-Si te creo- mentí.
-No soy un loco psicopata.
-No creo que lo seas.
-Entonces, ¿por que me temes?
-No lo hago- volví a mentir.
-De acuerdo, no me crees, perfecto, te llevare al instituto y, por favor, no le comentes a nadie esto.
-tranquilo, no lo haré.
Me llevo hasta el instituto, aunque me pidió que mirase por la ventana por si veía algo raro en las personas que caminaban por las calles, pero obviamente, todo era normal, ¿que se suponía que tendría que haber visto? ¿unos seres semitransparentes?
Una vez llegamos no nos dejaron pasar hasta la hora del recreo que, por suerte, solo quedaban cinco minutos para que comenzara.
Entre a toda velocidad una vez sonó el timbre, dejando atrás a Graciel, queriéndole dejar a tras lo mas rápido posible
-Kate, ¿donde te habías metido? ¿ha pasado algo con Graciel? cuéntamelo todo YA- me medio gritó Agatha.
-No he estado con Graciel.
-Total sinceridad Kate, si has estado con el, los dos habéis faltado a las mismas horas de clase y llegáis a la vez.
-Vale, si, he estado con el. No se como se entero de donde vivía, y me vino a buscar, pero de camino se le pincho una rueda del coche y... nos a costado un poco cambiarla.
-¿Os?
-Vale, le- cogí el móvil y le mandé la historia por mensaje.
-Muy bien, ¿y no pasó nada mas?
-¿Cuando?
-Antes o después de lo de la rueda, o durante ¿quien sabe?
-¡NO!- dije medio histérica, aunque luego rectifique- sabes que me gusta jugar antes.
-Vale, vale. Tú juega con el todo lo que quieras, mientras dejes al que yo me he pedido en paz.
-¿Y que tal vas con eso?
-Voy, ya he conseguido su teléfono y él el mio... pero ya sabes, que llame él, yo no soy ninguna desesperada- dijo guiñándome un ojo.
-No, claro que no- dije con sarcasmo. Oye, ¿y Sarah?
-Pues ha venido a primera hora... pero la han expulsado durante una semana a segunda.
-¿Y eso?- dije preocupada.
-Ya sabes que nunca le a caído bien la cebo
-¿Que ha hecho?
-Pues la cebo la ha amenazado con suspenderla si volvía a llegar tarde a sus clases y ella... digamos que la a mandado a la mierda, y antes de que la echara de clase se ha ido ella, pero no sin antes recibir un grito por parte de la profe que decía lo siguiente "¡Espéreme en el despacho del director!" y a tercera hora ha llegado tarde y... a recoger sus cosas.
-Valla...
-La puta esa algún día nos las va a pagar
-De eso que no te quepa duda, pero aguanta hasta final de curso y puede que la profe se lleve una sorpresa poco grata de nuestra parte, pero aguanta, que todavía tiene poder sobre nosotras.
-Tienes razón... esperaremos hasta final de curso, ¡QUE POR FIN LA TRASLADAN! ¿Y que vamos a hacer?
-Había pensado en la bonita pecera que tiene en su despacho y... un rico plato de peces asados sobre su meda, solo como aviso- y aquí esta mi lado obscuro, parte de pertenecer a mi club de confianza, es saber que todo lo que te hagan será vengado por nosotras, el resto de las compañeras.
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